lunes, 18 de mayo de 2009

Adiós a Mario Benedetti

El escritor uruguayo Mario Benedetti, fallecido este domingo a las 88 años, fue recordado hoy no sólo por sus virtudes literarias, sino sobre todo por las humanas, como el hombre bueno, sencillo, consecuente y alegre que fue.

"...Mi aire se acaba como agua en el desierto,mi vida se acorta pues no te llevo dentro. Mi esperanza de vivir eres tú, y no estoy allí..."

CORAZÓN CORAZA

Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza

porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro

porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.

sábado, 16 de mayo de 2009

Estación Central

Walter Salles, Brasil 1998


En primer lugar, y para posteriormente poder hablar de la película en cuestión, debemos tener en cuenta las reglas del género cinematográfico Road Movie, donde el argumento de la película se desarrolla a lo largo de un viaje. En cada segmento de la narrativa los protagonistas se enfrentan con un desafío, cuyo cumplimiento revela parte de la trama. Estación Central, no solo abre las puertas al desafío de la búsqueda de identidad de los personajes sino que también deja ver la importancia de la escritura y el papel que juegan las cartas a la hora de la posible comunicación.El personaje de Dora encarna esta cuestión. Es ella quien toma la postura de escribir por aquellos analfabetos que tienen deseos de expresarse y hacer llegar sus cartas a destino. Si bien Dora recibe el reconocimiento de sus clientes, su único interés es la obtención de dinero a través de este gesto.Con el transcurso de la película y las diferentes situaciones que los personajes principales deben afrontar, el valor de la escritura se hace mayormente notorio. El gran número de analfabetos que se muestran en los escenarios donde se lleva a cabo la historia no es un dato menor, ya que dan pie a esta importancia de la cual hablamos; nos muestra como la gente que no tiene las posibilidades de poder escribir y leer, queda apartada y hasta cierto punto limitada en condiciones. Tal es así, que podemos hacer mención a la parte en la que los hermanos de Josué esperan desde hace meses quien tenga estos conocimientos para leerles la carta que su padre dejó hace tiempo.Las consecuencias, los efectos mismos del viaje también se hacen ver con el transcurso de la trama. Las esperanzas de Josué de conocer a su padre se incrementan. La búsqueda de compañía y amor de Dora parecen resurgir de entre tantos sentimientos, dejando de lado su arrogancia y ambición. Entre ambos surge una relación que transforma sus vidas e incluso le permite a Isadora identificarse con la historia de vida de Josué.El viaje no solo revela las consecuencias de la escritura. Sino que también permite a sus personajes redescubrir algo sobre sí mismos en lugar de sobre el lugar al que han llegado.

Escena de Estación Central, Josué y Dora.

jueves, 14 de mayo de 2009

Esperándome


“Su única virtud sobrenatural, parecía ser su paciencia”

Gabriel García Márquez



El mundo estaba triste desde el martes. El cielo y el mar eran la misma cosa de ceniza. Toda apariencia de alma que se cruzara en el horizonte era absurda. Ante los ojos de los videntes la mescolanza de agua y cielo simbolizaba todo sentimiento oculto.
Sabíamos lo ocurrido a pesar del tiempo que ya había pasado y la idea de creerlo era insólita.
Lo que parecía eterno y distante lo acercábamos, llegábamos a acariciarlo.
La espera y el misterio que nos traía aquella historia difícil de creer, era lo que aún después de tantos años nos hacía esperar…

Ciclo de muestras: Mirada sobre Malvinas

Abril 2009

La Partida por Juan Sandoval
“Alegres, despreocupados y bromeando, posan antes de viajar a las islas. Adolescentes apenas, con los ojos llenos de incertidumbre, una dura prueba los aguarda. Al regreso, no serán los mismos”.

Emoción por Juan Sandoval
“La última recomendación, el llanto apunto de aflorar, los hermanos más chicos parecen no comprender la situación. El recorte de diario se asocia a una despedida no deseada”.

Llegada (Foto: AFP)
“Los primero días. El esfuerzo y frío se hacen sentir. El peso del equipo obliga a agachar la cabeza y avanzar. Algunos, tienen tiempo para saludar y sonreír. Entre ellos la celeste y blanca”.


Torpedeado (Foto: archivo privado)
“Domingo 2 de Mayo de 1982, pasadas las 16. Dos estallidos sacuden el crucero General Belgrano. La mole herida por dos torpedos lanzados desde un submarino nuclear, comienza a escorar. En minutos se va a pique. Una cámara capta el momento. En aquellos primero minutos, más de 300 hombres pierden la vida. El resto escapa en botes inflables. Son más de 700. Un hecho decisivo para el devenir del conflicto”.

Alerta Roja por Eduardo Farre
“Al principio, cuando anunciaban algún ataque siempre miraba para arriba buscando la foto y como los ingleses llegaban al caer la tarde, no captaba nada. Ese día, miré para abajo esta toma en la calle Ross, frente a la casa donde vivíamos. Me quedó justa, la posición de los pies y la trompa del jeep con las luces encendidas” recuerda el fotógrafo Eduardo Farre.

El fin (Foto: AFP)
“En fila india y ya desarmados, estos conscriptos caminan hasta donde quedarán acantonados. Luego, regresarán al continente. Una sonrisa destaca entre tanta resignación y por supuesto, cierto alivio”.

Sobrevivientes por Osvaldo Zurlo
“Estás vivo, hijo querido” Con la emoción del reencuentro, las manos y el beso conjugan el fin de la angustia de meses de espera e incertidumbre”



miércoles, 13 de mayo de 2009

Las tres y diez


¿A dónde van las nieblas, la borra del café, los almanaques de otro tiempo?
Julio Cortazar

Estación preferida de lectura: el verano. Época en la cual enfrento la biblioteca y elijo el próximo libro que me va a acompañar en el transcurso de los días. Todos los años la misma costumbre, dándole oportunidad a aquellos los libros abandonados de hacer lucir sus páginas dibujadas.
Entre los montones, uno destacado. El título con el cual se hacía conocer, provocaba en mí los deseos de lectura. Tal vez ingenuamente esperaba encontrarme con un hecho misterioso o algo similar. La Borra del Café, en verdad no tenía ni un poco de certeza sobre qué iba a tratar y éste fue el impulso que me llevo a querer sumergirme en él.
A medida que encaminé mi lectura descubrí con sorpresa que el título del libro que tenía en mis manos había logrado engañarme. Los productos de mi imaginación no se hallaban próximos al verdadero relato con el cual me encontraba y sin embargo, eran ahora las anécdotas de Claudio el motor de mi lectura. Un hecho destacado en el texto eran las continuas mudanzas del joven. La descripción minuciosa de los olores, ruidos y todas aquellas adiciones de detalles en apariencia inconexos pero que por alguna razón habían quedado como marca indeleble en su memoria; permitiendo al lector, en este caso a mi persona, remontarme con gran facilidad al lugar donde el niño debía “volver a empezar” su vida. Investigando descubrí que el autor del libro había corrido la misma suerte de Claudio: los diferentes traslados y hasta el abandono de su ciudad natal a causa del exilio.
Recuerdo la fluidez con la que las hojas del libro fueron pasando. En especial a partir del momento en el cual Claudio se encuentra por primera vez con la “niña de la higuera”, quien de manera tácita se vuelve tan principal como el personaje mismo del cual trata la historia. Los capítulos con títulos tentadores me incitaban a continuar la lectura y a la vez buscar la relación entre las historias del niño de nacionalidad uruguaya y el título que englobaba al libro en sí.
Al terminar la lectura comprendí que inclusive el cuadro de Gustav Klimt, Mujer con sombrero y boa de plumas que aparecía en la tapa, era parte de lo que hacía al libro algo tan significante como el nombre por el cual había definido mi elección, y la historia de vida de Claudio el hilo conector entre ambos. Aquella mujer de aspecto recóndito era la más pura representación de “la niña de la higuera”. Un misterio total.
Hasta el día de la fecha, la borra del café de Claudio aparece en mi biblioteca como uno de los libros más destacados en lo que van de mis veranos gracias a la posible inmersión en el propio recuerdo que genera y un humor nacido del poder mirar atrás cuando lo trágico ya no nos toca y se trastoca en cómico.

Presentación


Desde temprana edad nos vemos envueltos en el enigma de la escritura. A través de ella llegamos a depositar en el papel aquello que se esconde en nuestros rincones más inadvertidos. No es detalle menor la palabra “metamorfosis” en el fragmento que se nos presenta como introducción, ya que la escritura permite este paso de lo interior a lo exterior.
La posible metamorfosis del escritor.
El desafío de plasmar ideas.
He aquí una dosis combinada de mi persona.